lunes, mayo 16, 2005

El poder de las palabras poco amables

Un día, un hombre se acerco a Mahoma y expresó sus tristeza y su frustración . Se sentía miserable por haber discutido con enfado con un amigo. Lamentaba sus palabras poco amables y preguntó al profeta lo que podía hacer para remediarlo.
Mahoma le aconsejo al hombre que recorriera la ciudad y colocara plumas en los escalones de muchas casas. Le dio instrucciones para que dejara allí las plumas durante la noche, que las recogiera por la mañana y que se reportara con él después.
Al día siguiente, el hombre se acercó a Mahoma con expresión de angustia.
Mahoma – se lamentó el hombre - . ¡Hice lo que me dijiste, pero cuando regresé esta mañana para recoger las plumas que dejé anoche, no encontré ninguna!
- Lo mismo sucede con tus palabras – explicó Mahoma- , pues salieron de ti e hicieron su trabajo, para no ser recordadas de nuevo.
Es posible remedir el daño causado por nuestras palabras malas o negativas, al pronunciar otras palabras mejores que las reemplacen; sin embargo, es más inteligente estar consciente de que nuestras palabras tienen en realidad mucho más poder, que lo que la mayoría de nosotros imaginamos.


Cada palabra que no se baña primero con los pensamientos se convierte en una piedra arrojada a nuestro camino.
Rudolph Steiner

Es mejor tropezar con el dedo del pie y no con la lengua.
Proverbio Swahili.

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