jueves, mayo 12, 2005

¡Ten reverencia!



Cuando un niño camina por la calle, una cohorte de ángeles le precede y proclama:
¡¡Abrid paso a la imagen del Santísimo!!.

Refrán hasídico
No hay reverencia sin amor. Pero es más: reverenciar significa apreciar las cualidades del niño (atributos que los adultos no tenemos ya), y tener la humildad de aprender de él. Reverenciar significa aceptar a la niñez por lo que representa en sí, y a cada niño tal como es. Reverenciar significa, reconocer que, con su inocencia y claridad, los niños nos muestran la faz de Dios en forma humana, con lo cual simplemente quiero decir que reflejan el mayor bien que somos capaces de concebir ¿Acaso no lo sentimos al contemplar el rostro de un niño?
Sentir reverencia también significa confiar. El Midrás judío nos cuenta lo siguiente. Cuando Dios estaba por entregar la Torah al pueblo de Israel, exigió que le garantizaran su preservación. Primero ofrecieron a sus ancianos en garantía, pero Dios rechazó la oferta por insuficiente. Entonces le ofrecieron a los profetas, pero tampoco los consideró suficientes. Sólo cuando le ofrecieron a sus hijos, se dio por satisfecho: "Los niños son, de cierto, buenos garantes. Por los niños os daré la Torah".
Por último, sentir reverencia equivale a profesar hondo respeto, como lo expresan las siguientes palabras :
Son los niños quienes nos guían hacia la verdad. Nosotros no somos dignos de educar ni a uno solo de ellos. Nuestros labios están manchados; nuestra dedicación no es total. Nuestra honradez es fragmentaria; nuestro amor, parcial. Nuestra bondad está plagada de segundas intenciones. Aún no nos hemos librado del desamor, de nuestros impulsos posesivos y egoístas. Sólo los sabios y los santos--sólo quienes son como los niños en presencia de Dios son capaces de vivir y trabajar con los niños.
Posted by Hello

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