La aptitud de nuestros corazones y pensamientos para recibir el espíritu de Dios es como las cuerdas del violín. Si están correctamente tensadas, cada una de ellas en armonía con las otras, el toque del arco producirá una hermosa música. Si no lo están, sólo producirán disonancia. Siempre que nuestros corazones estén verdaderamente a punto para recibir el espíritu de Dios, producirán músicas celestiales y gozosas armonías, tanto en esta vida como en el mundo espiritual.
Sadhu Sundar Singh
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